¿QUÉ EFECTOS PRODUCE LA MARIHUANA A NIVEL PSICOLÓGICO?

Los usuarios de marihuana presentan como efecto inmediato un estado de bienestar, de euforia leve, de relajación y de aumento de la sensibilidad, sobre todo a nivel auditivo.

La percepción del tiempo se modifica; los segundos y los minutos se alargan notablemente. A nivel de memoria, el sujeto no graba algunas de las cosas que hace o dice durante el período en que está bajo los efectos de la sustancia.

No siempre se presentan estas sensaciones más o menos placenteras: muchas personas experimentan ansiedad y depresión, e incluso trastornos más severos y desagradables, que en la jerga popular reciben el nombre de ” pálida “.

¿POR QUÉ SE DICE QUE LA MARIHUANA ES PELIGROSA?

Por multiples razones; en la extensísima literatura científica sobre el tema (más de 10.000 trabajos) no existe ni uno solo que demuestre que la marihuana es inofensiva y, sin embargo, mucha gente está convencida de que lo es.

En realidad, desde hace ya bastante tiempo se sabe que afecta negativamente la memoria y la capacidad de concentración, y que disminuye los niveles de motivación. Recientemente se ha podido demostrar que afecta el sistema respiratorio más que el tabaco. Quizás lo más sobresaliente son los efectos sobre el desarrollo sexual de los adolescentes: en los varones se disminuye el conteo y la movilidad de los espermatozoides y en las jóvenes aparecen problemas menstruales.

En este sentido es importante tener en cuenta que la eliminación del THC es muy lenta (cerca de tres semanas), lo cual hace que quienes fuman con frecuencia empiecen a acumularlo, y como el THC tiende a fijarse en tejidos grasos, serán órganos como el cerebro, el hígado, los pulmones y el aparato genital interno los más afectados.

Por último, está claramente demostrado que el uso de marihuana entre los adolescentes sí aumenta considerablemente la posibilidad de que empiecen a utilizar otras sustancias perjudiciales para el organismo. Aun cuando el concepto de ‘drogas de entrada’ no tiene mucha aplicación, es real que quien fuma marihuana tiene mayores probabilidades de consumir otras sustancias ilegales que quien no lo hace.

¿LA MARIHUANA PRODUCE DEPENDENCIA Y TOLERANCIA?

No hay unanimidad sobre este aspecto, pero la práctica clínica muestra que en ciertos casos, luego de períodos de consumo frecuente, se presentan reacciones de ansiedad y de irritación que se calman con un poco de la sustancia. En tales circunstancias las personas pueden ponerse agresivas; por consiguiente, probablemente sí se produce dependencia, aun cuando los síntomás son distintos de los que producen otras sustancias como los narcóticos.

En cuanto a tolerancia, muchos usuarios aseguran que transcurrido algún tiempo de uso regular los efectos disminuyen sensiblemente y es necesario fumar cantidades mayores para conseguir el estado deseado. Hasta el momento no se conocen casos de muerte por sobredosis.

¿CUÁLES SON LOS USOS MEDICINALES DE LA MARIHUANA?

En la forma fumada, ninguno. En la medicina popular y tradicional de nuestros pueblos, se la ha empleado para aliviar los dolores de reumatismo, colocando emplastos de ella; sin embargo, nada indica que realmente tiende a curar o a mejorar el mal. El THC sintético, por otra parte, sí tiene un empleo médico para el control del vómito producido por los tratamientos quimioterapéuticos de cáncer, y en forma de gotas para el tratamiento del glaucoma. Debe quedar claro que fumar marihuana o “hashish”, o comerlo, no es una estrategia de tratamiento en ninguna parte del mundo. Hay movimientos muy fuertes en diferentes partes del mundo en busca de la legalización de esta sustancia para usos médicos, y es posible que en poco tiempo ocurra.

¿SON REVERSIBLES LOS EFECTOS DE LA MARIHUANA?

Sí; al dejar de fumar definitivamente, se produce una recuperación progresiva de la memoria, de la capacidad de concentrarse y del estado de ánimo normal. Pero en algunas personas con predisposición a los trastornos psicológicos la marihuana puede desencadenar situaciones críticas que dejan secuelas permanentes.

¿CÓMO SABER SI ALGUIEN ESTÁ FUMANDO MARIHUANA?

Naturalmente, si se trata de pequeñas cantidades, la única manera de saber, aparte del azar que lleve a encontrar cigarrillos o restos de ellos en los haberes personales, es preguntándole directamente a la persona. Pero en el caso de uso crónico (varias veces a la semana durante varios meses), los índices más seguros son pérdida de interés y de motivación por el estudio o el trabajo, oscilaciones injustificadas en el estado de ánimo, períodos de irritación o de depresión, ruptura de la comunicación con la familia. Evidentemente, todos estos indicadores sólo tienden a poner alerta a los padres, pues las mismás conductas se pueden presentar por motivos completamente diferentes. Se trata entonces de tener en cuenta que “algo está pasando” y de tratar de averiguar qué es. Los ojos irritados pueden tener muchas causas y resultaría completamente inadecuado sacar conclusiones apresuradas de ello.

¿UNA PERSONA QUE CONSUME MUCHA MARIHUANA REQUIERE HOSPITALIZACIÓN?

No necesariamente; la hospitalización sólo es indispensable cuando se producen crisis graves por intoxicación severa, la que generalmente resulta de mezclar varias sustancias. En circunstancias ordinarias es mucho mejor que la familia asuma sus responsabilidades y ofrezca apoyo, muestre interés y participe en el tratamiento. Hay muchas formás de tratamiento, especialmente grupales, que suelen ser de gran ayuda.

¿POR QUÉ SE DICE QUE LA MARIHUANA ES LA PUERTA PARA EMPEZAR A USAR OTRAS SUSTANCIAS?

Porque un gran número de investigaciones muestran que en la mayoría de los casos la marihuana no se consume sola, sino acompañada de alcohol; que quienes inducen a sus compañeros tienden a considerar que “hay que ensayarlo todo”, y que quienes se dejan presionar por los compañeros oponen una resistencia débil que facilitará el ensayo de nuevas sustancias.

¿QUÉ DEBEN HACER LOS PADRES CUANDO SABEN QUE UN JOVEN FUMA MARIHUANA?

Primero que todo, informarse tanto sobre lo que ocurre como sobre los efectos de la marihuana; luego, buscar el diálogo con el joven, sin insultarlo y sin”echarle tierra al asunto”; y si es necesario, buscar ayuda profesional.