El primer estudio sobre consumo de alcohol en menores escolarizados en siete capitales de Departamento y dos municipios pequeños, se llevó a cabo en el año 2008.
Sus resultados fueron impactantes, no solo por los índices muy elevados de consumo de alcohol que se pudieron constatar, sino por la identificación de un gran número de conductas de riesgo asociadas al beber, entre las que se encontraban ingerir licor en el colegio o escuela, o antes de llegar a ella, beber varios días seguidos, tener problemas con la policía, en la casa o con personas cercanas por ese motivo.
Igualmente, fue muy obvio el comportamiento indiferente o abiertamente irresponsable de los adultos, quienes proporcionaban el alcohol, se los vendían o toleraban su consumo.
La situación ideal es que no transcurran más de cuatro años entre un estudio y otro; en este caso transcurrieron siete. Pero lo esencial es que el estudio se llevó a cabo, y sus resultados son sorprendentes. La metodología utilizada es idéntica, así como las poblaciones, por lo que los resultados son perfectamente comparables.
Esperamos contribuir con este trabajo a una mejor comprensión de lo que ocurre en nuestro país con respecto al problema del consumo de alcohol en menores y a la necesidad de buscar soluciones concretas, tanto a nivel público como privado. Y, especialmente, a que se asuma de una forma clara y perentoria que el consumo de alcohol en los menores es, fundamentalmente, un problema de los adultos.